jueves, 20 de agosto de 2009

¿MATRIMONIO? ¿GAY?

Nuevamente Calleshortbus preferirá pecar por imprudente y proporcionara a sus –debemos decirlo con vergüenza– pocos lectores, su postura mas racional frente al fenómeno “Queer” que ha llevado en muchos países a sus diplomáticos y administradores públicos a desviar sus atenciones a temas de mucha mas trascendencia e inmediatez:
- El Matrimonio Gay –
¿Qué es el matrimonio Gay?
Respuesta: “Una Mierda”
El matrimonio hegemónico (heterosexual) (entre Hombre y Mujer) ya lo era, es y siempre lo será ( a menos que dejen de casarse); empezando por el que bendice a la pareja con un movimiento de manos que simula una cruz, hasta el momento en que la misma pareja descubre 6 meses después, cuando ya adelantan papeleos de anulación nupcial, que esa platica gastada en flores, trago y meseros se pudo haber gastado en, por ejemplo, sexo drogas y rock, o pagarse un par de semestres en la universidad; usted según sus preferencias, gustos o disgustos escoja.

No es un misterio, y aunque suene a frase de cajón, sentimos prudente mencionar los millones de testimonios existentes que hablan de un idílico noviazgo, deliciosos y memorables episodios sexuales y promesas acarameladas, rotas instantáneamente al dar el si en el altar.

Nota aclaratoria: los datos (no estadísticos) ofrecidos anteriormente, corresponden a anotaciones subjetivas, tentativas, sugestivas y mal intencionadas. Nada oficial.

Hay que poner nuevamente sobre el mantel ceremonial “multicolor” de nuestra disidencia sexual, posturas que sirvan como elemento expositor de datos prudentes a tener en cuenta, relacionada con la pretensión de la comunidad disidente (LGTBI) de contraer nupcias, aun cuando la iglesia ofreciera y ofrece razones (valideras y considerables) para negarse a tal hecho.

Primera postura, radical e invariable: el matrimonio es una invención de la iglesia, pensado para heterosexuales (la unión hombre/mujer), desde la heterosexualidad (la unión hombre/mujer) y con el (morboso) propósito de unir heterosexuales (hombres y mujeres para procrear).

El matrimonio, al igual que muchas instituciones de siglos anteriores, respondían a generalidades y particularidades de una época sumida en la ignorancia y el prejuicio injustificado (mirando la ignorancia y los perjuicios desde una visión contemporánea); donde se creían a las a las relaciones interpersonales única y exclusivamente hombre/mujer, coitocéntricos y reproductivos. Nosotros, disidentes sexuales, que valoramos (y disfrutamos) el sexo oral, anal, verbal, visual, no encajamos desde ningún aspecto o punto de vista en el rompecabezas straight que plantea la iglesia católica, apostólica y mundana.


Opinión Calleshortbus, no radical ni invariable: si la excusa de los insistentes miembros de la comunidad disidente LGTBI radica en sus intensiones de solidificar, legitimar y darle valor a sus relaciones, existen maneras menos ceremoniales o costosas y que seguramente cumplirán con los propósitos estipulados por los cánones eclesiásticos.
Ejemplo: conocer el país juntos, una fiesta conmemorativa, la unión marital de hecho, presentar y hacer publica la relación frente a los amigos del trabajo, pagar la cuota inicial de la casa donde vivirán, demostrarle a sus padres y familiares que los desacreditaban que entre hombres o entre mujeres, las relaciones interpersonales funcionan de igual manera, que a la manera hegemónica, en fin, son infinitas las posibilidades, originales y en muchos casos menos engorrosos que el matrimonio religioso.

Valoremos lo que tenemos, lo que somos y enfoquemos nuestra atención hacia las cosas de la vida, en las que por nuestra orientación, nos ha tocado ver subvalorar, deslegitimar, burlar y lastimar. Apartémonos de los protocolos ridículos que la iglesia y la sociedad nos vende, busquemos la satisfacción personal (sin dañar al otro), démosle crédito a los beneficios que como disidentes tenemos: ambos trabajan, ambos conocen de sus gustos, no siempre quieren hijos, que aunque bendiciones, vacían los bolsillos. Siempre tienen tiempo para rumbear y sus ideales casi siempre son complementarios.

El matrimonio es rígido, acartonado, gris, sepia o blanco y negro; obliga a estar unidos aun cuando se deje de querer estarlo, en fin, el matrimonio coloca barniz en los dedos de las personas que al dar el si, impiden que sus pieles entren en contacto sin la desagradable sensación del compromiso protocolario. Como diría Graucho Marx:

“No es la política la que crea extraños compañeros de cama, si no el matrimonio”
ADVERTENCIA: TODOS AQUELLOS QUE DENTRO DE SUS CONSIDERACIONES PARA UNA VIDA MEMORABLE VEN VIABLE LA POSIBILIDAD DE CONTRAER NUPCIAS, ENTONCES HAGAN CASO OMISO A CUALQUIER RECOMENDACION ANTERIORMENTE EXPUESTA EN ESTE TEXTO.
Christian Howard
editor
Colectivo Calleshortbus

5 comentarios:

Camilo dijo...

que buen texto, se está diciendo de una manera bonita lo que siempre he pensado... para que casarse? Exelente blog

Fabián Chibcha dijo...

Saludos

Amigos

Muy buenos argumentos

los invito a ver:

http://www.facebook.com/video/?add&oid=8902311491&status=5#/video/video.php?v=1216067314139

Saludo Cálido e Incluyente

Fabián Chibcha dijo...

http://www.facebook.com/video/?add&oid=8902311491&status=5#/video/video.php?v=1216067314139

Anónimo dijo...

Hola amigos, les saludo desde centroamerica, la verdad estee s un espacio creado para demostrar que no todos somos iguales, y si desde algun momento compartimos este mismo planeta, es por que todos ,merecemos ese espacio, sin distinciones de raza, sexo, politica, etc, la verdad vivimos en una sociedad que a veces no comprende las necesidades de los demas, claro ejemplo es la familia a veces ellos no cmprenden y son los primeros en darle la espalda a su familiar ..... atentamente ALEJANDRO

Anónimo dijo...

Definitivamente estamos de acuerdo... Un buen par de anillos entregados con toda la sinceridad del caso en una noche intima y bien romantica es mas significante que el matrimonio... Eso dejemoselos a quienes les pertenece... A los heteros... KOMONUNCA